viernes, 7 de junio de 2013

Jugando con la Paz . (1998)


Sala Museo San Juan de Dios. Orihuela. Alicante.









Pérez Rubio nos descubre el juego. El juego y sus trasgresiones y sus efectos: la paz es una eterna fugacidad y una ternura abatida y un rasgo enamorado de colores y un aliento que fluye, y es verso y andamio de pintura.

Cuánto misterio dolorido empaña el lino y como alumbra la acuarela.

Para Pérez Rubio el tapete del juego es la tierra y es de vuelo destrozado, en un espacio sumarísimo de estética: sienas; azules velozes y agredidos; ocres vecinos del esparto; grises cmo un vaho fluvial al alba; verdes de pincelada graduada; aloque de la tarde; y un cuchillo voraz que sentencia el ala.

La paloma es el botín y toda la creación ejecutada. Paloma sin palomar y el aire, en la lenta oxidación del cepo. Final de partida: el juego es una trampa artesana y la paz, una cruel ironía, un naipe de despojos, una extensión de sacrificios. La cra de la inociencia es solo su propia cruz.

Y el pintor lo sabe y como lo sabe, nos descubre el juego: y el juegu es un espejo implacable que nos descubre. 


E Cerdan Tato

2 comentarios:

  1. es el desarrollo artistico mas evolucionado que he visto en mi vida con 78 que resido en la suiza

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